"Cruz adorada, por fin Te abrazo... Tú eras el suspiro de Mi Corazón, el martirio de Mi Amor; pero Tú, oh Cruz, tardaste hasta ahora, en tanto que Mis pasos siempre se dirigían hacia Ti... Cruz Santa, Tú eras la meta de Mis deseos, la finalidad de Mi existencia acá abajo. En Ti concentro todo Mi Ser; en Ti pongo a todos Mis hijos... Tú serás su Vida y su Luz, su defensa, su protección, su fuerza... Tú los sostendrás en todo y Me los conducirás gloriosos al Cielo.
Oh Cruz, Cátedra de Sabiduría, sólo Tú enseñarás la verdadera Santidad, sólo Tú formarás los héroes, los atletas, los Mártires, los Santos... Cruz hermosa, Tú eres Mi trono, y teniendo Yo que abandonar la tierra, quedarás Tú en Mi lugar... A Ti Te entrego en dote a todas las almas: ¡Custódiamelas, sálvamelas... Te las confío!"
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