Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, Vol. 13, 5 de Diciembre de 1921
viernes, 5 de diciembre de 2025
QUIEN NO RECIBE LOS BIENES DE DIOS ES UN INGRATO. DUDAS Y DIFICULTADES
martes, 2 de diciembre de 2025
LA LLAMITA DE JESÚS
Continuando mi habitual estado (1) mi siempre amable Jesús ha venido, y yo me veía a mí misma como una llamita, y esta llamita giraba en torno a mi amado Jesús, y ahora se detenía en la cabeza, ahora en los ojos, ahora entraba en la boca y descendía dentro, hasta lo íntimo de Su Corazón adorable, después salía de Él y giraba, y Jesús se la ponía hasta debajo de Sus pies, y en vez de extinguirse al calor de las plantas divinas se encendía de más y con más velocidad salía de debajo de Sus pies y giraba de nuevo en torno a Jesús, y ahora rezaba con Jesús, ahora amaba, ahora reparaba, en suma, hacía lo que hacía Jesús y con Jesús, esta llamita se hacía inmensa, abrazaba a todos en la oración, no le escapaba ninguno, se encontraba en el amor de todos y por todos amaba, reparaba, suplía por todos y por todo. ¡Oh, cómo es admirable e inenarrable lo que se hace con Jesús!, me faltan las palabras para poder poner en el papel las expresiones de amor y de otras cosas que se hacen con Jesús; la obediencia quisiera, pero la mente se va a lo alto para tomar de Jesús las palabras y desciende a lo bajo, hace por encontrar las expresiones, las palabras del lenguaje natural y no encuentra el camino para sacarlo fuera, por eso no puedo.
Entonces mi amado Jesús me ha dicho:
“Hija Mía, tú eres la llamita de Jesús, la llamita puede estar en cualquier parte, puede penetrar en todo, no ocupa lugar, a lo más vive en lo alto y gira, y también es deleitable”.
Y yo:
“Ah Jesús, es muy débil y es fácil de apagarse la llamita, y si se apaga no hay forma de darle nueva vida, así que pobre de mí si llego a apagarme”.
Y Jesús:
“No, no, la llamita de Jesús no se puede apagar, porque su vida es alimentada por el Fuego de Jesús, y las llamitas que tienen Vida de Mi Fuego no están sujetas a muerte, y si mueren, mueren en el mismo Fuego de Jesús. Te he hecho llamita para poder divertirme más contigo, y por la pequeñez de la llamita puedo servirme de ella para hacerla girar continuamente dentro y fuera de Mí y tenerla en cualquier parte que quiera de Mí mismo, en los ojos, en los oídos, en la boca, bajo los pies, donde mejor me plazca”.
Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, Vol. 10, 2 de Diciembre de 1910
1- Por una particular disposición de Dios, Luisa Piccarreta permanecía toda la noche sumida en un profundo éxtasis, paralizada, mientras recibía luces del Cielo; tan sólo conseguía liberarla de aquél místico trance la bendición del Sacerdote, que cada mañana celebraba la Santa Misa en su dormitorio. Este "sueño extático" era tan cotidiano para Luisa que ella lo definió en sus escritos como "mi habitual estado". Dicha fenomenología no fue exclusiva de Piccarreta, se dio con anterioridad en Santa Catalina de Siena y casi a la vez en la mística portuguesa Alexandrina Da Costa, entre otras almas privilegiadas.



