miércoles, 29 de octubre de 2025

LA CADENA DE GRACIAS ESTÁ UNIDA A LAS OBRAS PERSEVERANTES. TODOS LOS MALES ESTÁN ENCERRADOS EN LA NO PERSEVERANCIA



                    Después de haber esperado mucho, en cuanto ha venido el Bendito Jesús me ha dicho: 

                    “Hija Mía, cuando el alma se dispone a hacer un bien, aunque fuera decir una “Ave María”, la gracia concurre a hacer junto con ella dicho bien; pero si el alma no es perseverante en hacer este bien, se ve con claridad que no estima y no valora este don recibido, y hace burla de la misma gracia. Cuántos males están encerrados en este modo de obrar: ‘Hoy sí y mañana no; me agrada y lo hago; para hacer este bien se requiere un sacrificio, no quiero hacerlo’. 

                    Sucede como a aquél que habiendo recibido un don de un señor, hoy se lo recibe, mañana lo rechaza; aquel señor por su bondad lo manda de nuevo, y aquél después de haberlo tenido por algún tiempo, cansado de tener consigo aquel don, nuevamente lo rechaza. Ahora, ¿qué dirá aquel señor?. Se ve que no estima mi don, si empobrece o muere, no quiero tener más que ver con él. 

                    Todo, todo está unido al modo de obrar con perseverancia, la cadena de Mis gracias está entretejida a las obras perseverantes; así que, si el alma se da sus escapadas rompe esta cadena, ¿y quién le asegura que la unirá de nuevo?. Mis designios se cumplen solamente en quien une sus obras a la perseverancia. La perfección, la Santidad, todo, todo va unido con ella, así que si el alma es intermitente, siendo una especie de fiebre intermitente, el no obrar con perseverancia manda al vacío los designios divinos, pierde su perfección, y frustra su Santidad”.


 Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, Vol. 6, 29 de Octubre de 1904



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