Continuando mi habitual estado, mi dulce Jesús ha venido y parecía que sentía un fuerte dolor en el corazón, y pidiéndome ayuda me ha dicho:
“Hija Mía, qué cadenas de delitos en estos días, qué triunfo satánico, la prosperidad del impío es la señal más mala, y son empujones con los cuales la Fe parte de sus naciones, quedando como atrapados dentro de una oscura prisión; en cambio las humillaciones al impío son tantas fisuras por las cuales entra la Luz, que haciéndolo reentrar en sí mismo le lleva la Fe a él y a las mismas naciones. Así que les hará más bien las humillaciones que cualquier victoria y conquista. ¡Qué momentos críticos y dolorosos atravesarán!. El Infierno y los malvados se roen de rabia por comenzar sus embrollos y maldades. ¡Pobres hijos Míos, pobre Iglesia Mía!”.
Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, Vol. 12, 16 de Noviembre de 1918


No hay comentarios:
Publicar un comentario