martes, 4 de noviembre de 2025

EFECTOS DIFERENTES ENTRE LA PRESENCIA DE JESÚS Y LA DEL DEMONIO



                    Como esta mañana el Bendito Jesús no venía, el Demonio trataba de tomar Su aspecto y hacerse ver, pero yo no advirtiendo los acostumbrados efectos, he comenzado a dudar y me he persignado con la cruz, primero yo y después a él, y el Demonio viéndose persignado temblaba; enseguida lo rechacé de mí sin mirarlo. Poco después ha venido mi amado Jesús, y temiendo que fuese otra vez el espíritu maligno, trataba de rechazarlo e invocar la ayuda de Jesús y de la Reina Mamá, pero Él para asegurarme que no era el Demonio me ha dicho:

                    “Hija Mía, para asegurarte si Soy Yo, o no Soy Yo, tu atención debe estar en los efectos internos, si se mueven a virtud o a vicio, ya que como Mi naturaleza es virtud, de ninguna otra cosa hago herederos a Mis hijos, más que de virtud. Esto lo puedes comprender también en la naturaleza humana, que siendo carne, sucede que si tiene alguna llaga, la carne se cambia en pus y se puede decir que no es más carne; así Mi naturaleza, si mínimamente pudiese retener en Sí la sombra del vicio, cesaría de ser aquel Dios que es, lo que no puede suceder jamás”.


 Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, Vol. 3, 4 de Noviembre de 1899





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