martes, 29 de abril de 2025

LA VIDA DE DIOS SE MANIFIESTA EN LAS CRIATURAS CON LAS PALABRAS, CON LAS OBRAS Y CON LOS SUFRIMIENTOS, PERO LO QUE LA MANIFIESTA MÁS CLARAMENTE SON LOS SUFRIMIENTOS



               Continuando mi habitual estado (1), me he encontrado rodeada por tres vírgenes, las cuales tomándome querían a viva fuerza crucificarme sobre una cruz, y yo como no veía al Bendito Jesús, temiendo, ponía resistencia, y ellas viendo mi resistencia me han dicho: “Hermana queridísima, no temas que no esté nuestro Esposo, deja que te comencemos a crucificar, que el Señor atraído por la virtud de los sufrimientos vendrá, nosotras venimos del Cielo, y como hemos visto males gravísimos que están por suceder en Europa, para hacer que al menos sucedan más benignos hemos venido a hacerte sufrir”. 

                Mientras tanto me han traspasado con clavos las manos y los pies, pero con tal crudeza de dolor que me sentía morir. Ahora, mientras sufría ha venido el Bendito Jesús, y viéndome con severidad me ha dicho: “¿Quién te ha ordenado ponerte en estos sufrimientos?. Entonces ¿para qué me sirves? ¿Para no poder ni siquiera ser libre de hacer lo que quiero, y para ser un continuo estorbo a Mi Justicia?”. 

               Yo en mi interior decía: “Qué quiere de mí, yo ni siquiera quería, han sido ellas las que me han inducido, y la toma contra mí”. Pero no podía hablar por lo acerbo del dolor; aquellas vírgenes viendo la severidad de nuestro Señor, más me hacían sufrir sacando y volviendo a meter los clavos, y me acercaban a Él mostrándole mis sufrimientos, y cuanto más sufría, más parecía que el Señor se apaciguaba, y cuando lo han visto más apaciguado y casi enternecido por mi sufrir, me han dejado y se han ido, dejándome sola con Nuestro Señor. Entonces Él mismo me asistía y sostenía, y viéndome sufrir, para reanimarme me ha dicho:

               “Hija Mía, Mi Vida se manifiesta en las criaturas con las palabras, con las obras y con los sufrimientos, pero lo que la manifiesta más claramente son los sufrimientos”. 

               Mientras estaba en esto ha venido el Confesor para llamarme a la obediencia, y en parte por los sufrimientos, y en parte porque el Señor no me dejaba, no podía obedecer. Entonces me he lamentado con mi Jesús, diciéndole: “Señor, ¿Cómo es que se encuentra el Confesor a esta hora?. ¿Justo ahora debía venir?” . Y Él: “Hija Mía, déjalo que esté un poco con Nosotros y que participe también en Mis gracias. Cuando uno continuamente frecuenta una casa, participa del llanto y de la risa, de la pobreza y de la riqueza; así es del Confesor, ¿no ha participado de tus mortificaciones y privaciones? Ahora participa de Mi Presencia”. 

               Entonces parecía que le participaba la Fuerza Divina diciéndole: “La Vida de Dios en el alma es la esperanza, y por cuanto esperes, tanto de Vida Divina contienes en ti mismo, y así como la Vida Divina contiene potencia, sabiduría, fortaleza, amor y otras cosas, así el alma se siente regar por tantos arroyos por cuantas son las virtudes divinas, y la Vida Divina crece siempre en ti mismo; pero si no esperas, en lo espiritual, y por lo espiritual participará también lo corporal, la Vida Divina se irá consumiendo hasta apagarse del todo, por eso espera, espera siempre”. 

               Después, con esfuerzo he recibido la Comunión, y después me he encontrado fuera de mí misma y veía tres hombres en forma de tres caballos indómitos que se desenfrenaban en Europa, haciendo tantos estragos de sangre, y parecía que querían envolver como dentro de una red a la mayor parte de Europa en guerras encarnizadas, todos temblaban a la vista de estos diablos encarnados, y muchos quedaban destruidos.


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, Vol. 6, 29 de Abril de 1904 


  1) Por una particular disposición de Dios, Luisa Piccarreta permanecía toda la noche sumida en un profundo éxtasis, paralizada, mientras recibía luces del Cielo; tan sólo conseguía liberarla de aquél místico trance la bendición del Sacerdote, que cada mañana celebraba la Santa Misa en su dormitorio. Este "sueño extático" era tan cotidiano para Luisa que ella lo definió en sus escritos como "mi habitual estado". Dicha fenomenología no fue exclusiva de Piccarreta, se dio con anterioridad en Santa Catalina de Siena y casi a la vez en la mística portuguesa Alexandrina Da Costa, entre otras almas privilegiadas.





sábado, 26 de abril de 2025

JESÚS LA CONTENTA CON RESPECTO AL CONFESOR



                    Le habla de las almas desapegadas, que mientras no tienen nada, todo poseen.

                    Cuando hoy mi amante Jesús se hacía ver, me parecía que me enviaba tantos rayos de luz que toda me penetraban, cuando en un instante nos hemos encontrado fuera de mí misma y junto se encontraba el Confesor. Yo en seguida le pedí a mi querido Jesús que le diera un beso al Confesor y que estuviera un poco en sus brazos, (Jesús era niño). Para contentarme, pronto ha besado al Confesor en el rostro, pero sin quererse separar de mí; yo he quedado toda afligida y le dije:

                    "Tesorito mío, no era esta mi intención, de hacerte besar su rostro, sino la boca, a fin de que tocada por Tus purísimos labios quedara santificada y fortificada de aquella debilidad, así podrá anunciar más libremente la Santa Palabra y santificar a los demás. ¡Ah, te ruego que me contentes!".

                    Así, Jesús ha dado otro beso, pero ahora en la boca de él, y después me ha dicho:

                    "Me son tan agradables las almas desapegadas de todo, no sólo en el afecto, sino también en efecto, que a medida que van despojándose, así Mi Luz las va invistiendo y llegan a ser como cristales, en los que la luz del sol no encuentra impedimento para penetrar dentro de ellos, como lo encuentra en las construcciones y en las demás cosas materiales"

                    "¡Ah!" dijo después: "Creen despojarse, pero en cambio vienen a vestirse no sólo de las cosas espirituales, sino también de las corporales, porque Mi Providencia tiene un cuidado todo especial y particular por estas almas desapegadas, Mi Providencia las cubre por todas partes; sucede que nada tienen, pero todo poseen".

                    Después de esto nos retiramos del Confesor y encontramos muchas personas religiosas que parecía que tenían toda la intención de trabajar por fines de intereses, Jesús pasando en medio de ellas dijo:

                    "¡Ay, ay de aquél que trabaja por la finalidad de adquirir dinero, ya han recibido en vida su paga!"


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, "Libro de Cielo", Vol. 2,  26 de Abril, 1899



miércoles, 23 de abril de 2025

160 ANIVERSARIO DEL NATALICIO DE LUISA PICCARRETA




               “Si supieras cuánto se anhelaba este tiempo, que Mi pequeño recién nacido viniera a la luz de Mi Voluntad, para que vivieras en Mi anhelo, y que la procesión de gracias se preparara para alcanzar la meta, serías agradecida y acogida y cuidada” 


(Revelación de Nuestro Señor Jesucristo a Luisa)


               Luisa Piccarreta nació en la ciudad de Corato, en la provincia de Bari, Italia, en la mañana del 23 de Abril de 1865, Domingo "In Albis" (primer Domingo después de Pascua), y el mismo día fue bautizada; vivió siempre ahí, en Corato, donde murió en olor de Santidad el 4 de Marzo de 1947. Su madre era Rosa Tarantino y su padre Vito Nicola Piccarreta, trabajador de una hacienda. Luisa sería la cuarta de cinco hijas: María, Rachele, Filomena, Luisa y Angela. María, Rachele y Filomena se casaron. Angela, llamada generalmente Angelina, permaneció soltera junto a su hermana Luisa hasta su muerte.



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miércoles, 16 de abril de 2025

JESÚS QUIERE GIRAR JUNTO CON LUISA Y LE HACE VER CÓMO ES TRATADO POR LAS ALMAS

                    


                    Estando en mi habitual estado (1), Jesús me invitó a girar para ver qué cosa hacían las criaturas. Yo le dije: "Mi adorable Jesús, esta mañana no tengo ganas de girar y ver las ofensas que Te hacen; estémonos aquí los dos juntos." Pero Jesús insistía en que quería girar, entonces para contentarlo le dije: "Si quieres salir, vamos, pero vamos dentro de alguna iglesia, pues ahí son pocas las ofensas que Te hacen”.

                    Y así hemos ido dentro de una iglesia, pero también ahí era ofendido, y más que en otros lugares, no porque en las iglesias se hagan más pecados que en el mundo, sino porque son ofensas hechas por Sus más amados, por aquellos mismos que deberían poner alma y cuerpo para defender el Honor y la Gloria de Dios, por eso resultan más dolorosas a Su Corazón adorable.

                    Entonces veía almas devotas, que por bagatelas de nada no se preparaban bien a la Comunión; su mente en vez de pensar en Jesús pensaba en sus pequeñas disturbios, en tantas cosas de nada, y esta era su preparación. Cuánta pena daban estas almas a Jesús y cuánta compasión daban ellas, porque daban importancia a tantas pajitas, a tantas ociosidades y en cambio no se dignaban dirigirle una mirada a Jesús. 

                    Entonces Él me ha dicho:"Hija Mía, cuánto impiden estas almas que Mi Gracia se derrame en ellas, Yo no me fijo en las menudencias sino en el amor con el cual se acercan, y ellas al contrario, más se fijan en las pajas que en el amor, es más, el amor destruye las pajas, pero con muchas pajas no se acrecienta ni un poquito el amor, más bien lo disminuye. Pero lo que es peor de estas almas es que se disturban mucho, pierden mucho tiempo; quisieran estar con los confesores horas enteras para decir todas estas menudencias, pero jamás ponen manos a la obra con una buena y valiente resolución para extirpar estas pajas.

                    ¿Qué decirte además, ¡oh! hija Mía, de ciertos sacerdotes de estos tiempos?. Se puede decir que obran casi satánicamente, llegando a hacerse ídolos de las almas. ¡Ah! sí, Mi Corazón es más traspasado por Mis hijos, porque si los otros Me ofenden más, ofenden las partes de Mi Cuerpo, pero los Míos Me ofenden las partes más sensibles y tiernas, hasta en lo más íntimo de Mi Corazón”.

                    ¿Quién puede decir la amargura de Jesús?. Al decir estas palabras lloraba amargamente. Yo hacía cuanto más podía por compadecerlo y repararlo, pero mientras esto hacía nos retiramos juntos en el lecho.


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”Vol. 2, 16 Abril de 1899


                1) Por una particular disposición de Dios, Luisa Piccarreta permanecía toda la noche sumida en un profundo éxtasis, paralizada, mientras recibía luces del Cielo; tan sólo conseguía liberarla de aquél místico trance la bendición del Sacerdote, que cada mañana celebraba la Santa Misa en su dormitorio. Este "sueño extático" era tan cotidiano para Luisa que ella lo definió en sus escritos como "mi habitual estado". Dicha fenomenología no fue exclusiva de Piccarreta, se dio con anterioridad en Santa Catalina de Siena y casi a la vez en la mística portuguesa Alexandrina Da Costa, entre otras almas privilegiadas.



sábado, 12 de abril de 2025

JESÚS DICE A LUISA: TÚ ERES MI TABERNÁCULO, ES MÁS, ME SIENTO MÁS CONTENTO EN TI PORQUE TE PARTICIPO MIS PENAS



               Hoy sin hacerme esperar tanto, Jesús ha venido pronto y me ha dicho: "Tú eres Mi tabernáculo, para Mí es lo mismo estar en el Sacramento que en tu corazón, es más, en ti se encuentra otra cosa de más, que es el poderte participar Mis penas y tenerte junto Conmigo como víctima viviente ante la Divina Justicia, lo que no encuentro en el Sacramento."

               Y mientras decía estas palabras se encerró dentro de mí. Estando en mí Jesús me hacía sentir ahora las pinchaduras de las espinas, ahora los dolores de la Cruz, los afanes y los sufrimientos del Corazón. En torno a Su Corazón veía un trenzado de puntas de hierro que hacía sufrir mucho a Jesús.

               ¡Ah, cuánta pena me daba verlo sufrir tanto, hubiera querido sufrir todo yo antes que hacer sufrir a mi dulce Jesús, y de corazón le pedía que a mí me diera las penas, a mí el sufrir. Entonces Jesús me dijo: “Hija, las ofensas que más Me traspasan el Corazón son las Misas dichas sacrílegamente y las hipocresías."

               ¿Quién puede decir lo que comprendí en estas dos palabras?. A mí me parece que externamente se hace ver que se ama, se alaba al Señor, pero internamente se tiene el veneno listo para matarlo; externamente se hace ver que se quiere la Gloria, el Honor de Dios, pero internamente se busca el honor, la estima propia. Todas las obras hechas con hipocresía, aun las más santas, son obras todas envenenadas que amargan el Corazón de Jesús.


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”Vol. 2, 12 Abril de 1899



miércoles, 9 de abril de 2025

ABANDONO EN DIOS



               Habiendo recibido la Comunión esta mañana, me encontraba en un mar de amarguras porque no veía a mi sumo Bien Jesús, todo mi interior me lo sentía inquieto, cuando en un instante se ha hecho ver y me ha dicho casi reprendiéndome: "¿No sabes tú que el no abandonarse en Mí es un querer usurpar los derechos de Mi Divinidad, haciéndome una gran afrenta?. Por eso abandónate y aquieta tu interior todo en Mí y encontrarás la paz, y encontrando la paz me encontrarás a Mí mismo." 

               Dicho esto, como relámpago ha desaparecido sin hacerse ver más. ¡Ah Señor, tenme Tú toda abandonada y bien estrechada en Tus brazos, de modo que no pueda huir jamás, de otra manera haré siempre mis escapaditas!.


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, Vol. 3, 9 de Abril de 1900



martes, 1 de abril de 2025

LAS PASIONES CAMBIADAS EN VIRTUDES



                    Después de esperar y esperar, mi dulce Jesús se hacía ver dentro de mi corazón. Me parecía ver un Sol que expandía rayos, y mirando en el centro de este Sol descubría el Rostro de Nuestro Señor, pero lo que me hizo asombrar es que veía en mi corazón muchas doncellas vestidas de blanco, con coronas en la cabeza que rodeaban a este Sol Divino, nutriéndose de aquellos rayos que expandía este Sol. 

                    ¡Oh, cómo eran bellas, modestas, humildes y todas atentas, y deleitándose en Jesús! Entonces, no conociendo el significado de esto, con un poco de temor he pedido a Jesús que me hiciera saber quienes eran aquellas doncellas, y Él me ha dicho: “Estas doncellas eran tus pasiones, que ahora con Mi Gracia he cambiado en otras tantas virtudes que Me hacen noble cortejo, estando todas a Mi disposición, y Yo en recompensa las voy nutriendo con Mi continua Gracia”.

                    ¡Ah Señor, sin embargo me siento tan mala que me avergüenzo de mí misma!.


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, Vol. 3, 1 de Abril de 1900