Mamá Dolorosa, no me dejes sola, llévame Contigo; pero antes deposítame toda en Jesús, vacíame de todo para poner a Jesús por entero en mí, así como lo has puesto en Ti...
Comienza a cumplir conmigo el oficio de Madre que Te dio Jesús estando en la Cruz, y abriendo mi pobreza extrema una brecha en Tu Corazón materno, enciérrame toda por completo en Jesús con Tus mismas manos maternas. Encierra los pensamientos de Jesús en mi mente, a fin de que no entre en mí ningún otro pensamiento. Encierra los ojos de Jesús en los míos para que nunca pueda escapar yo a Su mirada. Pon sus oídos en los míos para que siempre lo escuche y cumpla en todo Su Santísimo Querer...
Su Rostro ponlo en el mío a fin de que contemplando ese Rostro tan desfigurado por amor a mí, lo ame, lo compadezca y repare. Pon Su lengua en la mía, para que hable, rece y enseñe con la lengua de Jesús. Pon Sus manos en las mías para que cada movimiento que yo haga y cada obra que realice, tomen vida en las obras y movimientos de Jesús. Sus pies ponlos en los míos, a fin de que cada paso que yo dé sea vida, salvación, fuerza y celo para todas las criaturas...
Y ahora, afligida Mamá mía, permíteme que bese Su Corazón y que beba Su Preciosísima Sangre, y encerrando Tú Su Corazón en el mío, haz que pueda vivir yo de Su Amor, de Sus deseos y de Sus penas... Y ahora toma la mano derecha de Jesús, rígida ya, para que me des con ella Su última bendición...
revelaciones de Nuestro Señor a la mística Luisa Piccarreta
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