"Hija, para hacer que la criatura pudiera tener todos los medios necesarios para recibirme, quise instituir este Sacramento al final de Mi Vida, para poder alinear en torno a cada hostia toda Mi Vida como preparativo para cada una de las criaturas que me habría de recibir. La criatura jamás podría recibirme si no tuviera a un Dios que preparara todo, que movido solamente por exceso de amor por quererse dar a la criatura, y no pudiendo ésta recibirme, ese mismo exceso me llevara a dar toda Mi Vida para prepararla, así que ponía todos Mis pasos, Mis obras, Mi Amor, delante de los suyos, y como en Mí estaba también Mi Pasión, ponía también Mis penas para prepararla. Así que revístete de Mí, cúbrete con cada uno de Mis actos y ven".
Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, "Libro de Cielo", Vol. 12, 24 de Octubre de 1918
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