"Al saludo que le di sucedieron fenómenos maravillosos, Mi pequeño Jesús exultó en Mi Seno y fijando con los rayos de la propia Divinidad al pequeño Juan en el seno de su madre, lo santificó, le dio el uso de la razón y le hizo conocer que Él era el Hijo de Dios. Juan entonces saltó tan fuertemente de amor y alegría, que Isabel se sintió sacudida, golpeada también ella por la Luz de la Divinidad de Mi Hijo, supo que Yo me había convertido en la Madre de Dios, y en el énfasis de su amor, temblando de gratitud exclamó: "¿De dónde a mí tanto honor, que la Madre de mi Señor venga a mí?"
Luisa Piccarreta, "La Reina del Cielo", día 18
No hay comentarios:
Publicar un comentario