martes, 31 de diciembre de 2024

LA VOLUNTAD DEL ALMA COMO REGALO DE AÑO NUEVO PARA EL NIÑO JESÚS

 


              Estaba meditando sobre el año viejo que llegaba a su fin y sobre el nuevo que surgía. Mi estado continúa en el vuelo de la luz del Querer Divino y rogaba al gracioso Niñito que así como moría el año viejo, sin renacer más, así hiciera morir mi voluntad sin hacerla revivir más, y que como regalo de año nuevo me diera Su Voluntad así como yo le hacía el don, como regalo, de la mía, para ponerla como escabel a Sus tiernos piececitos, a fin de que no tuviera otra vida sino sólo Su Voluntad. Ahora, mientras esto y otras cosas decía, mi dulce Jesús ha salido de dentro de mi interior y me ha dicho:

               “Hija de Mi Querer, cómo amo, quiero, deseo que tu querer tenga fin en ti. ¡Oh! cómo acepto tu regalo de fin de año, cómo me será agradable el tenerla como suave escabel a Mis pies, porque la voluntad humana mientras está en la criatura, fuera de su centro que es Dios, es dura, pero cuando regresa a su centro de donde salió y sirve como escabel a los pies de tu Niñito Jesús, se vuelve blanda y Me sirve para entretenerme, ¿no es justo que siendo Yo pequeño tenga una diversión, y en medio de tantos dolores, privaciones y lágrimas tenga tu voluntad que me haga sonreír?. 

               Ahora, tú debes saber que quien pone fin a su voluntad, regresa a su principio, de donde salió, y comienza en ella la vida nueva, la vida de luz, la vida perenne de Mi Voluntad. Mira, cuando Yo vine a la tierra quise dar muchos ejemplos y semejanzas de cómo quería que tuviera fin la voluntad humana: quise nacer a media noche para dividir la noche de la voluntad humana con el brillante día de la Mía, y si bien a media noche la noche sigue, no termina, pero es principio de un nuevo día, y Mis Ángeles para hacer honor a Mi Nacimiento y para indicar a todos el día de Mi Voluntad, llenaron de alegría y felicidad, de media noche en adelante, en la bóveda de los Cielos, nuevas estrellas, nuevos soles, hasta hacer cambiar la noche en día, era el homenaje que los Ángeles daban a Mi pequeña Humanidad, donde residía el pleno día del Sol de Mi Voluntad Divina y la llamada a la criatura al pleno día de Ella. 

               Pequeño aún me sometí al durísimo corte de la circuncisión, que me hizo verter por el dolor amargas lágrimas, no sólo a Mí, sino que junto Conmigo lloraron Mi Mamá y el amado San José; era el corte que Yo quería dar a la voluntad humana, a fin que en aquel corte hicieran correr la Voluntad Divina para que no tuviera más vida una voluntad dividida, sino sólo la Mía, que había corrido en aquel corte a fin de que comenzara nuevamente su Vida. 

               Pequeño aún quise huir a Egipto, una voluntad tirana, inicua, quería asesinarme, símbolo de la voluntad humana que quiere matar la Mía, y Yo huí para decir a todos: ‘Huyan de la voluntad humana si no quieren que sea asesinada la Mía’. Toda Mi vida no fue otra cosa que la llamada de la Voluntad Divina en la humana. En Egipto vivía como un extraño en medio de aquel pueblo, símbolo de Mi Voluntad, que la tienen como extraña en medio de ellos, y símbolo de que quien quiere vivir en paz y unido con la Mía, debe vivir como extraño a la voluntad humana, de otra manera habrá siempre guerra entre la una y la otra, son dos voluntades irreconciliables. 

               Después de Mi exilio volví a Mi patria, símbolo de Mi Voluntad que después de su largo exilio de siglos y siglos volverá a su amada patria en medio de Sus hijos para reinar, y a medida que Yo pasaba estas circunstancias en Mi Vida, así formaba Su Reino en Mí y la llamaba con plegarias incesantes, con penas y lágrimas a venir a reinar en medio de las criaturas. Regresé a Mi patria y viví oculto y desconocido, ¡oh! cómo esto simboliza el dolor de Mi Voluntad, que mientras vive en medio de los pueblos, vive desconocida y escondida, y Yo imploraba con Mi ocultamiento que la Suprema Voluntad fuera conocida, a fin de que recibiera el homenaje y la gloria a Ella debidos. No hubo cosa hecha por Mí que no simbolizara un dolor de Mi Voluntad, la condición en la cual la ponen las criaturas y una llamada que Yo hacía para restituirle Su Reino. Y esto quiero que sea tu vida, la llamada continua del Reino de Mi Voluntad en medio a las criaturas”.


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”  
Volumen 20, 1 de Enero de 1927



jueves, 26 de diciembre de 2024

EL ADIÓS DE LA TARDE A JESÚS SACRAMENTADO

 

Estampa devocional diseñada para ser impresa a doble cara. 
Permitida su difusión, sin fines comerciales

               ¡Oh Jesús mío! Prisionero Celestial, ya el sol está en el ocaso y las tinieblas invaden la tierra, y Tú quedas solo en el Tabernáculo de Amor. Me parece verte triste por la soledad de la noche, no teniendo en torno a Ti la corona de Tus hijos y de Tus tiernas esposas, que al menos Te hagan compañía en Tu voluntario cautiverio. 

               Oh mi Prisionero Divino, también yo siento que el corazón se me oprime por tener que alejarme de Ti, y me veo forzada a decirte adiós, pero qué digo, ¡oh Jesús!, nunca jamás adiós, no tengo ánimo de dejarte solo, adiós Te digo con los labios pero no con el corazón, más bien mi corazón lo dejo junto Contigo en el Sagrario, contaré Tus latidos y Te corresponderé, por cada uno, con un latido de amor; numeraré Tus afanosos suspiros, y para darte consuelo Te haré descansar en mis brazos; seré Tu vigilante centinela, estaré atenta para ver si alguna cosa Te aflige o Te da dolor, no sólo para no dejarte nunca solo, sino para tomar parte en todas Tus penas. 

               ¡Oh, Corazón de mi corazón! ¡Oh Amor de mi amor! Deja ese aire de tristeza y consuélate, no resisto verte afligido. Mientras con los labios Te digo adiós, Te dejo mis respiros, mis afectos, mis pensamientos, mis deseos y todos mis movimientos, que enlazando entre ellos continuos actos de amor, unidos a los Tuyos Te formarán una corona, Te amarán por todos. ¿No estás contento, ¡oh! Jesús. Parece que me dices que sí, ¿no es verdad?. 

               Adiós, ¡oh! Amante Prisionero, pero aún no he terminado, antes de irme quiero dejar también mi cuerpo ante Ti, intento hacer de mi carne, de mis huesos, tantos diminutos pedazos para formar tantas lámparas por cuantos Sagrarios existen en el mundo, y de mi sangre hacer tantas llamitas para encender estas lámparas, y en cada Sagrario quiero poner mi lámpara, que uniéndose a la lámpara del Sagrario que Te ilumina la noche, Te dirá: “Te amo, Te adoro, Te bendigo, Te ofrezco reparación y Te doy las gracias por mí y por todos”. 



               Adiós, ¡oh! Jesús, pero escucha una última cosa: “Hagamos un pacto, y el pacto sea que nos amemos más; Tú me darás más amor, me encerrarás en Tu Amor, me harás vivir de Amor y me sepultarás en Tu Amor; estrechemos más fuertemente el vínculo del Amor”. Sólo estaré contenta si me das Tu Amor para poder amarte de verdad. 

               Adiós ¡oh! Jesús, bendíceme, bendice a todos, estréchame a Tu Corazón, aprisióname en Tu Amor, y dándote un beso en el corazón Te dejo, adiós, adiós. 


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo, Vol. 11



martes, 24 de diciembre de 2024

PARA HACER NACER Y CRECER A JESÚS EN NUESTRO CORAZÓN



               Encontrándome en mi habitual estado (1), estaba deseando al Niño Jesús, y después de mucho esperar se ha hecho ver en mi interior como pequeño niño, y me decía: “Hija Mía, el mejor modo para hacerme nacer en el propio corazón es vaciarse de todo, porque encontrando el vacío puedo poner en él todos Mis bienes, y sólo puedo permanecer ahí para siempre si hay lugar para poder poner todo lo que Me pertenece, todo lo Mío en ella. Una persona que fuera a habitar a casa de otra persona, sólo se podría sentir contenta cuando en aquella casa encontrara espacio para poder poner todas sus cosas, de otra manera se volvería infeliz. Así Soy Yo. 

               La segunda cosa para hacerme nacer y acrecentar Mi felicidad, es que todo lo que el alma contiene, sea interno o externo, todo debe ser hecho para Mí, todo debe servir para honrarme, para seguir Mis órdenes, porque si aun una sola cosa, un pensamiento, una palabra, no es para Mí, Yo Me siento infeliz, y debiendo ser dueño Me hacen esclavo, ¿puedo Yo tolerar todo esto?. 

               La tercera cosa es amor heroico, amor engrandecido, amor de sacrificio. Estos tres amores harán crecer en modo maravilloso Mi felicidad, porque el alma se arriesga a hacer obras superiores a sus fuerzas, haciéndolas únicamente con Mi fuerza, éstas la engrandecerán con hacer que no sólo ella, sino también los demás Me amen, y llegará a soportar cualquier cosa, aun la misma muerte, para poder triunfar en todo y poderme decir: “No tengo nada más, todo es sólo amor por Ti”. Este modo no sólo Me hará nacer, sino que Me hará crecer y Me formará un bello paraíso en su propio corazón”. 

               Mientras esto decía yo lo miraba, y de pequeño, en un instante se ha hecho grande, de modo que yo quedaba toda llena de Él, y todo ha desaparecido.


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, "Libro de Cielo", 
Vol. 8, 25 de Diciembre de 1908


       1) Por una particular disposición de Dios, Luisa Piccarreta permanecía toda la noche sumida en un profundo éxtasis, paralizada, mientras recibía luces del Cielo; tan sólo conseguía liberarla de aquél místico trance la bendición del Sacerdote, que cada mañana celebraba la Santa Misa en su dormitorio. Este "sueño extático" era tan cotidiano para Luisa que ella lo definió en sus escritos como "mi habitual estado". Dicha fenomenología no fue exclusiva de Piccarreta, se dio con anterioridad en Santa Catalina de Siena y casi a la vez en la mística portuguesa Alexandrina Da Costa, entre otras almas privilegiadas.



martes, 17 de diciembre de 2024

LA FUENTE DEL VERDADERO AMOR



               Continuando mi habitual estado (1), estaba diciendo a mi dulce Jesús: "Cómo quisiera tener Tus deseos, Tu amor, Tus afectos, Tu Corazón, etc., para poder desear, amar, etc., como Tú". Y mi siempre amable Jesús me ha dicho:

               "Hija Mía, Yo no tengo deseos, afectos, sino que el todo está concentrado en Mi Voluntad, Mi Voluntad es todo en Mí. Desea quien no puede, pero Yo todo puedo; quisiera amar quien no tiene amor, pero en Mi Voluntad está la plenitud, la fuente del verdadero Amor, y siendo infinito, en un acto simple de Mi Voluntad poseo todos los bienes, que desbordándose de Mi Ser descienden para bien de todos; si Yo tuviera deseos sería infeliz, Me faltaría alguna cosa, pero Yo todo poseo, por eso Soy feliz y hago felices a todos.

               Infinito significa poder todo, poseer todo, hacer felices a todos. La criatura, que es finita, no posee todo ni puede abrazar todo, he aquí por qué contiene deseos, ansias, afectos, etc., que como tantos escalones puede servirse de ellos para subir al Creador y copiar en ella las cualidades divinas y llenarse tanto, hasta desbordarse para bien de los demás. Si después el alma se concentra toda ella en Mi Voluntad, perdiéndose toda en Mi Querer, entonces no copiará Mis cualidades, sino que de un solo sorbo Me absorberá en sí y no tendrá más en ella deseos y afectos propios, sino sólo la Vida de Mi Querer, que dominándola toda, le hará desaparecer todo y le hará reaparecer en todo Mi Voluntad".


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, 
Vol.12, 20 de Mayo de 1918



             1) Por una particular disposición de Dios, Luisa Piccarreta permanecía toda la noche sumida en un profundo éxtasis, paralizada, mientras recibía luces del Cielo; tan sólo conseguía liberarla de aquél místico trance la bendición del Sacerdote, que cada mañana celebraba la Santa Misa en su dormitorio. Este "sueño extático" era tan cotidiano para Luisa que ella lo definió en sus escritos como "mi habitual estado". Dicha fenomenología no fue exclusiva de Piccarreta, se dio con anterioridad en Santa Catalina de Siena y casi a la vez en la mística portuguesa Alexandrina Da Costa, entre otras almas privilegiadas.



domingo, 8 de diciembre de 2024

LA INMACULADA CONCEPCIÓN, TODOS LA SUSPIRABAN



               Estaba pensando: ¿Por qué toda la Creación exultó de alegría y festejó tanto a la Inmaculada Reina en su Inmaculada Concepción? Y mi siempre amable Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:

               "Hija Mía, ¿quieres saber el por qué? Porque la Divina Voluntad tuvo el principio de Su Vida en la Niña Celestial, por lo tanto, el principio de todos los bienes en todas las criaturas. No hay bien que en Mi Divina Voluntad no comience, descienda y ascienda a su fuente. Entonces, esta Celestial Niña habiendo comenzado Su vida en el Fiat Divino desde Su Inmaculada Concepción, y siendo Ella de la estirpe humana, con Mi Voluntad adquirió la Vida Divina y con Su humanidad poseía el origen humano. 

               Entonces tuvo la potencia de unir lo divino y lo humano y dio a Dios lo que el humano no le había dado y negado, cual era Su voluntad, y dio a los hombres el derecho de poder ascender a los abrazos de su Creador. Con la potencia de Nuestro Fiat que tenía en Su poder, unía a Dios y a los hombres. 

                Así que toda la Creación, Cielo y tierra, y hasta el Infierno, sintió en la Inmaculada Concepción de esta Virgen Niña, recién nacida apenas en el seno de Su mamá, la fuerza del orden que Ella ponía en toda la Creación, con Mi Voluntad se hermanaba con todos, se abrazaba con todos, amaba todo y a todos, y todos la suspiraban, la amaban y se sentían honrados de adorar en esta privilegiada criatura a la Divina Voluntad. ¿Cómo no debía festejar toda la Creación, pues hasta entonces el hombre había sido el desorden entre todas las cosas creadas, ninguno había tenido el coraje, el heroísmo de decir a su Creador: 'No quiero conocer mi voluntad, te la entrego en don, quiero por vida solamente a Tu Querer Divino?'.

               En cambio esta Virgen Santa donó Su voluntad para vivir de la Divina, y por eso toda la Creación sintió la felicidad del orden que por Su medio le venía restituida, e hicieron competencia el cielo, el sol, el mar y todos para honrar a Aquélla que poseyendo Mi Fiat, daba el beso del orden a todas las cosas creadas; y Mi Querer Divino le ponía en la mano el cetro de Reina Divina y le ceñía la frente con la corona de mando, constituyéndola Emperatriz de todo el Universo".


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, "Libro de Cielo", 
Vol. 25, 8 de Diciembre de 1928



lunes, 2 de diciembre de 2024

JESÚS VIENE OCULTO EN LAS PENAS



               Continuando mi habitual estado, mi pobre corazón me lo sentía oprimido y en penas amargas que no es necesario decirlas aquí, y mi siempre amable Jesús viniendo me ha dicho: “Hija Mía, Yo mando las penas a las criaturas a fin de que en las penas me encuentren a Mí; Yo estoy como envuelto en las penas, y si el alma sufre con paciencia, con amor, rompe la envoltura que Me cubre y Me encuentra a Mí, de otra manera Yo quedaré oculto en la pena y ella no tendrá el bien de encontrarme, y Yo no tendré el bien de revelarme."

                Después ha agregado: “Yo siento una fuerza irresistible de expandirme hacia las criaturas, quisiera expandir Mi Belleza para hacerlas bellas a todas, pero la criatura ensuciándose con la culpa rechaza la Belleza Divina y se cubre de fealdad; quisiera expandir Mi Amor, pero ellas amando lo que no es Mío viven entumecidas por el frío y Mi Amor queda rechazado; todo quisiera comunicarme al hombre, cubrirlo todo en Mis mismas cualidades, pero Soy rechazado, y rechazándome forma un muro de división entre Mí y el que llega a romper cualquier comunicación entre la criatura y el Creador. Pero a pesar de todo Yo continúo expandiéndome, no Me retiro, para poder encontrar al menos uno que reciba Mis cualidades, y encontrándolo le duplico las gracias, las centuplico, Me vierto todo en él, hasta hacer de él un portento de Gracia.

               Por eso quita esta opresión de tu corazón, derrámate en Mí y Yo me verteré en ti. Te lo ha dicho Jesús y basta, no pienses en nada y Yo haré y pensaré en todo.


Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, 
Vol.12, 16 de Abril de 1918