Continúo estando toda abandonada en los brazos de mi dulce Jesús, me sentía toda
inmersa en Su Santísimo Querer, en el cual me encontraba como en el centro. Entonces al
venir Jesús me ha dicho:
“Hija Mía, Mi Humanidad vivía como en el centro del Sol Eterno de Mi Voluntad Divina, y
de este centro partían rayos que llevando con ellos mi inmensidad envolvían todo y a todos, y
Mi obrar, partiendo de este centro se encontraba como en acto por cada acto de criatura, cada
palabra como en acto por cada palabra, cada pensamiento como en acto por cada
pensamiento, y así de todo lo demás, y conforme descendía, como un sólo acto volvía a subir a Su Centro, llevando Consigo todos los actos humanos para rehacerlos, para reordenarlos
según como quería Mi Padre, así que sólo porque mi Humanidad vivía en el centro del Querer
Eterno pudo abrazar a todos como un acto solo, para cumplir con decoro y digna de Mí la obra
de la Redención, de otra manera habría sido una obra incompleta y no digna de Mí.
Y así
como la ruptura de la voluntad humana con la Divina fue todo el mal del hombre, así la unión
estable de la voluntad de Mi Humanidad con la Divina debía formar todo su bien, y esto
sucedía en Mí como connaturalmente.
Mira el sol, ¿qué cosa es?. Es un globo de luz, y esta
luz la difunde igualmente a derecha, a izquierda, adelante, atrás, arriba, abajo, por doquier; la
luz de tantos siglos atrás es la de hoy, nada ha cambiado, ni luz, ni calor, y la luz de hoy será
la del fin de los siglos; si tuviera razón podría decir todos los actos humanos, es más, los
tendría en sí como propiedad suya, habiendo sido él vida, efecto y causa de cada acto, y esto
como cosa connatural para él.
Ahora, todo esto sucede al alma que vive en el centro de Mi
Querer, ella abraza a todos y ninguno se le escapa, hace por todos y nada omite, junto
Conmigo no hará otra cosa que expandirse a derecha y a izquierda, adelante y atrás, pero en
modo simple y connatural, y conforme obra en Mi Querer hace el giro de todos los siglos, y a
todos los actos humanos los eleva en su acto en Modo Divino, por virtud de Mi Voluntad.
Escucha hija Mía, regenerada en Mi Supremo Querer, lo que quiero hacer de ti y en ti, lo
que hacía Mi Humanidad en la Divina Voluntad quiero repetirlo, pero quiero tu querer unido
junto, a fin de que repita junto Conmigo lo que hacía y hago aún.
En mi Querer están todos los
actos que hizo Mi Humanidad, tanto externos como internos; de los actos externos más o
menos se sabe lo que Yo hice, y la criatura, queriendo, se puede unir junto Conmigo y tomar
parte en aquel bien que hice, y Yo siento el contento porque veo Mi bien como multiplicado en
medio de las criaturas en virtud de la unión que forman Conmigo; mis actos son puestos como
en un banco y Yo recibo los intereses. En cambio, de los actos internos que hizo Mi
Humanidad en la Divina Voluntad por amor de todos, poco o nada se sabe de ellos, y la
criatura no conociendo ni la potencia de este Querer, ni cómo mi alma obraba en Él, ni lo que
hice, ¿cómo podrá unirse Conmigo para tomar parte de aquel bien?.
El conocimiento lleva
consigo el valor, los efectos, la vida de aquel bien. Un objeto tanta utilidad produce por cuanto
se conoce, y muchas veces sucede que dos objetos que contienen el mismo valor, uno que
conoce el valor de más, vendiéndolo gana más; otro que no tiene aquel conocimiento lo vende
en menos. Cuántas cosas hace el conocimiento, muchos se hacen ricos porque tienen
cuidado de conocer las cosas; otros se encuentran en las mismas circunstancias, pero porque
no conocen bien las cosas son pobres.
Ahora, queriéndote junto Conmigo también en Mis
actos internos que hacía Mi Humanidad en este Querer Supremo, es justo que te haga
conocer los méritos, el valor, los efectos, la potencia, el modo que tiene este Mi Querer, y
según te los voy manifestando, abro entre tú y Yo la participación de lo que te hago conocer,
de otra manera, ¿para qué decírtelo?. ¿Tal vez para darte una simple noticia?.
No, no, cuando
Yo hago conocer es porque quiero dar, así que cuantos valores y efectos conoces, tanto te he
dado. Por eso ve el gran bien que quiero hacer, no sólo a ti sino también a los demás, porque
conforme se haga camino este conocimiento del vivir en Mi Querer, será amado de más, y el
Amor absorberá en ellos todo el bien que el conocimiento, como madre fecunda les ha dado a
luz. Yo no Soy el Dios aislado, no, quiero a la criatura junto Conmigo, Mi eco debe resonar en
el suyo y el suyo en el Mío y hacer de los dos uno solo; y si he esperado tantos siglos para
hacer conocer Mi Querer obrante en la criatura, y el suyo obrante en el Mío, casi elevándolo a
Mi Mismo nivel, ha sido porque debía preparar, disponer a las criaturas a pasar de los
conocimientos menores a los mayores, debía hacer como un maestro que debía enseñar las
vocales, las consonantes, después pasar a las composiciones.
Hasta ahora no se sabía otra
cosa de Mi Voluntad que las vocales y las consonantes, era necesario que pasara a las
composiciones, y esto me desarrollará la Vida de Mi Voluntad. La primera composición la
quiero de ti, si eres atenta la desarrollarás bien, de modo que Me darás el honor de un tema que te ha dado tu Jesús, el tema más noble, el tema del Querer Eterno, que Me traerá la Gloria
más grande, que formando la conexión con las criaturas hará conocer nuevos horizontes,
nuevos cielos y nuevos excesos de Mi Amor.
Mira, en mi Querer Supremo están todos Mis actos internos que hizo Mi Humanidad,
como en expectativa para salir como mensajeros para ponerse en camino. Estos actos han
sido hechos para las criaturas y quieren darse y hacerse conocer; y no dándose se sienten
como aprisionados, y piden, suplican, que Mi Querer los haga conocer para poder dar el bien
que ellos contienen.
Me encuentro en las condiciones de una pobre madre, que por largo
tiempo tiene su parto en su seno, y que habiendo llegado el tiempo de hacerlo salir, si no lo
hace sufre espasmos, se duele, y no teniendo en cuenta su propia vida, a cualquier costo
quiere hacer salir fuera su parto; las horas, los días de retraso le parecen años y siglos, todo lo
ha hecho y dispuesto, no queda otra cosa que hacerlo salir. Así Soy Yo, más que madre por
tantos siglos he contenido en Mí, más que parto, todos Mis actos humanos hechos en la
Santidad del Querer Eterno, para darlos a la criatura, y conforme se den elevarán los actos
humanos de la criatura a actos divinos, y la adornarán con las más variadas bellezas,
haciéndola vivir con la Vida de Mi Voluntad, dándole el valor, los efectos, los bienes que Mi
Querer posee.
Por eso, más que madre sufro los espasmos, los dolores, ardo porque quiero
hacer salir este parto de Mi Voluntad; el tiempo ha llegado, no queda otra cosa que encontrar a
quien debe recibir el primer parto, para continuar con los otros partos en las otras criaturas.
Por eso te digo, sé atenta, agranda tu corazón para poder recibir todo el valor, los efectos, el
conocimiento que Mi Querer contiene, para poder poner en ti el primer parto. Cuánta alegría
Me darás, serás el principio de Mi felicidad en la tierra; el querer humano, podría decir, me ha
vuelto infeliz en medio a las criaturas, y Mi Voluntad obrante en la criatura Me restituirá mi
felicidad”.
Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, “Libro de Cielo”, Vol. 14, 19 de Octubre de 1922